Shared by Emily DiCarlo

Dear Avocado,


It’s come to my attention that this sliding situation now requires action. In fact, I’m getting older; right now, during this very second. I’m critically aware that the line of my lineage ends with me,  my age now past prime, beyond birthing capacity. I have no children; you’re my only beneficiary. Without a will and testament, let these words act in its place; a binding document when this body finally decides to drop. In posterity, perhaps I will be remembered by those who knew and survived me. A left behind legacy, doubtful but maybe.

Be my witness. Remember me.

What can I offer with no assets or property attached to my name? I live precariously, on the edge of poverty and right now, my only hope is to leave this place in a better condition than when I first arrived. Unfortunately, though, my species is a parasite. I hope you can forgive me for the havoc we’ve wreaked. Maybe if I ate less meat, refused to fly, and left my clothes on the line to dry, only then could I die in peace. But imprinted in the earth, my steps marked, leading back to the fact that I was a child born without my consent into a blood-spilt line of destruction without regret.

Your inheritance: a chance for survival and the hope that you outlive the Anthropogenic world. Fallen cities with potential to bloom as heirlooms overgrown and run wild, silent. All freeways and high-rises, now green trails and bird perches. Every vibration and particle wave that constituted a ‘me’ remains here to stay. Transformed states, dispersed into whatever will take. My offering, too little, too late. So, when I die, bury me naked, bare as a baby under a heap of history. In deep time, find me nestled between thin limestone layers made of fossilized marine bodies, just another part of the cycle.

To future generations, I pass on my condolences.

Querido Aguacate,  


Ha llegado a mi atención que esta situación decadente ya requiere una intervención. De hecho, estoy envejeciendo; ahorita mismo, en este instante. Estoy alarmadamente consciente de que la continuidad de mi linaje termina con mis años ya habiendo pasado mi mejor momento, más allá de mi capacidad de parir. Yo no tengo bebes; eres mi único beneficiario. Sin ningún testamento, dejaremos que estas palabras actúen en su lugar; un documento vinculante para cuando este cuerpo decida ya derrumbarse. En la posteridad, quizás, seré recordada por ellos que me conocieron y me sobrevivieron. Un legado que se quede, dudoso, pero quizás. 

Sé mi testigo, recuérdame. 

¿Que puedo ofrecer sin bienes ni propiedades ligadas a mi nombre?  Vivo precariamente, en el filo de la pobreza, y ahorita, mi única esperanza es dejar este lugar en una mejor condición que la que encontré cuando llegué. Desafortunadamente, mi especie es un parásito. Espero que tu me puedas perdonar por los estragos que hemos causado. Quizás si comíera menos carne, si me negara a volar, y dejara mi ropa en el tendedero, quizás ahí podría finalmente morir en paz. Pero grabado en la tierra, mis pasos marcados, conducen de vuelta al hecho de que era una niña nacida sin mi consentimiento en un linaje de destrucción sangriento y sin remordimiento alguno.

Tu herencia: una oportunidad para sobrevivir y la esperanza que permanecerás a través del mundo antropogénico. Ciudades caídas con el potencial de florecer como reliquias reverdecidas, silvestres, silenciosas… Todas las vialidades y rascacielos, ahora caminos verdes y pajareras. Cada vibración y onda de partículas que constituyeron a un ‘yo’ permanecerán, como estados transformados, dispersos a lo que se forme. Mi ofrenda, muy poca, demasiado tarde. Entonces, cuando muera, entiérrame desnuda, vulnerable como un bebé bajo el cúmulo de la historia. En tiempo profundo, encuéntrame anidada entre delgadas capas de caliza compuestas de cuerpos marinos fosilizados, nada más otra parte del Ciclo. 

A las futuras generaciones, les dejo mis condolencias. 


Written and shared in English by Emily DiCarlo in the winter of 2021,
Translated into Spanish by Oscar Alfonso.
Escrito y compartido en inglés por Emily DiCarlo
en el invierno del 2021,
Traducido al español por Oscar Alfonso.