Shared by Carolina

Dear Avocado,


Up until the age of around 6 or 7 I would have the same dream over and over again. I would wake up in the middle of the jungle with a few other children. We would scour through the jungle, making our way to a clearing. Once in that clearing, there would be a hot air balloon. We would all climb in, and the balloon would take off. Up into the clouds.

After some time travelling through the clouds, I would start making out something gold and glimmering in the distance. At first I wasn’t close enough yet to see it clearly, but it sure was shiny. Once we got closer and closer, I could start making out the outline and shape of a golden gate, and at that moment something would hit the air balloon and it would take a moment to settle back into stability.

A figure would then come crawling down from the balloon and into the basket. He — at least it had masculine features — was a bland grey colour, had bat-like wings, and a few pieces of tattered cloth all over his body. I would look over to the gates as we neared them, and when I looked back, he would be looking right into my eyes. He’d shake his head and quietly say “don’t go…” with a worried look about his face.

And that’s when I would always wake up.

A good 5 years ago I went to a party that had an Aura reader present. I asked her if she could read mine, and proceeded to ask if she knew anything about dreams. She said yes, and listened as I retold my story.

Apparently those golden gates might have been the gates of heaven, and the figure — an angel that was there as a warning. See, children aren’t supposed to go to heaven, not yet, and that this indicated that I may have been close to death.

I haven’t remembered a dream since I was 7, and I’m ok with that. At least I don’t have nightmares.

Querido Aguacate,


Hasta más o menos los 6 o 7 años de edad yo tuve el mismo sueño una y otra vez más. Yo despertaba en el centro de una jungla con unos pocos niños. Nos poníamos a explorar la jungla, haciendo nuestro camino hacia un claro. llegando ahí, había un globo aerostático. Nos subiamos, y el globo despegaba. Subiendo entre las nubes. 

Después de un tiempo viajando a través de las nubes, yo empezaba a distinguir algo dorado y suavemente brilloso a la distancia, al inicio yo no estaba lo bastante cerca para verlo claramente, pero era bien brillante. Ya que nos acercabamos poco a poco, yo podría empezar a distinguir el contorno y forma de una garita dorada, y en ese momento algo le pegaba al globo y tomaba un momento para asentarse de nuevo hacia la estabilidad. 

Una figura entonces se arrastraba hacia abajo, bajando del globo y metiéndose a la canasta.  Él — a lo menos tenía rasgos masculinos — era un gris blando, con alas como de murciélago, y unas pocas piezas de tela andrajosa cubriendo todo su cuerpo. Yo miraba hacia la garita mientras nos acercabamos, y cuando miraba de regreso, él me estaba mirando directamente a mis ojos. Él meneó su cabeza y calladitamente me diría “no vayas…” con una mirada preocupada pintada en su rostro.

Y ahí es cuando siempre me despertaba. 

Hace unos buenos 5 años fuí a una fiesta en la que había una vidente del Aura presente, le pregunté si podría leer la mía, y procedí a preguntarle si sabía sobre los sueños, ella me dijo que sí, y escuchó mientras contaba mi cuento. 

Aparentemente esa garita dorada pudo haber sido la garita del Cielo, y la figura — un ángel que estaba ahí como una advertencia. Vé, que los niños no deberían de ir al cielo, aún no, y que esto indicaba que yo quizás estaba cerca de la muerte. 

No me he acordado de ningún sueño desde que tenía 7 años de edad, esta bien. Por lo menos no tengo pesadillas.